Se trata de un índice de sostenibilidad energética concebido como un triángulo equilátero, en el que cada lado representa un reto distinto para el sector: disponibilidad, equidad y ambientalidad. Al igual que la mayoría de los países, la Argentina aún está lejos de lograr un sistema energético sostenible. Por ello es importante la evaluación que se puede hacer con el trilema, frente al desarrollo de técnicas y conocimientos que tengan que ver con el manejo y el desarrollo de dichas ideas, para que se pueda incentivar su desarrollo.
Por ello la importancia de que se puedan considerar, manejar y desarrollar una serie de técnicas, que ligadas a esta, pueden permitir la funcionalidad de herramientas y técnicas, que permitan la aplicación de conocimientos y temas de relación con referencia de todos estos y de sus principales ideas.
El Desarrollo del Consejo Mundial
El Consejo Mundial de la Energía (World Energy Council-WEC) ha acuñado bajo la denominación de “trilema energético” un modelo de tres dimensiones para analizar el equilibrio de los factores que, según su concepción, son los pilares del sistema: disponibilidad, equidad y ambientalidad. Debemos entender por disponibilidad la gestión eficiente del suministro de energía primaria, doméstica y externa (ya que este eje no implica necesariamente el autoabastecimiento), que garantiza una infraestructura eficiente para su distribución, permitiendo así atender la demanda actual y futura.
El Desarrollo de la Equidad
Se llega a la equidad cuando se logra la accesibilidad y asequibilidad para toda la población. La energía, como nunca antes, es parte de la vida humana, y el desafío es lograr la reducción de la pobreza energética. Siendo necesario que se pueda desarrollar de una forma efectiva y que sus resultados se puedan obtener de formas positivas, conllevando a los resultados y a las ideas que tengan afines de esta. Siendo necesario que se evalúen sus requisitos y herramientas principales de reconocimiento efectivos.
La Aplicación de la Ambientalidad
Por su parte, la ambientalidad se basa en hacer que el sistema funcione en forma amigable con el medio ambiente, siendo eficiente tanto en la producción como en el consumo. Esto implica la sustitución de fuentes altamente contaminantes por renovables y la utilización de nuevas tecnologías que garanticen un uso eficiente de los recursos. Por ello es importante que todos estos temas puedan considerarse, y en donde se pueden considerar una serie de ideas en relación de todos estos y de lo que pueden generar de su proceso de trilema.
El Planteamiento del Trilema
Plantear el trilema implica la búsqueda de una solución que conlleva una compleja red de vínculos entre actores públicos (legisladores, gobiernos y reguladores) y privados (organizaciones sociales, ambientalistas y usuarios en general). En paralelo, se requiere de la participación del mundo de la ciencia y la tecnología que, en definitiva, es el que acercará metodologías y herramientas que hagan realidad los postulados enunciados. Finalmente, el esquema se completa con el mundo de la educación, ya que nada es posible sin concientizar y preparar a los individuos para acompañar los cambios del trilema.
Las Definiciones de sus Precedentes
A partir de las definiciones precedentes, el WEC elaboró el índice de sostenibilidad energética representado como un triángulo equilátero, con sus lados (retos) interdependientes y complementarios. El desarrollo y mantenimiento de la ansiada sostenibilidad implica balancear equilibradamente las compensaciones entre las tres dimensiones del trilema: cada una de las mismas tiene un peso del 30% en la confección del índice y son calificadas de la “A” a la “D”. El 10% restante toma en cuenta el contexto país.
El Mundo de los Sistemas Energéticos
En el mundo, los sistemas energéticos presentan diferentes estados de desarrollo, pero en su mayoría los países comparten un problema común: están lejos de lograr sistemas energéticos sostenibles. Sólo tres países alcanzaron en 2018 la calificación AAA, con un contexto país que les permite encabezar el ranking. Son ellos Dinamarca (1º), Suiza (2º) y Suecia (3º). Otros, también calificados con AAA –como Reino Unido (5º), Francia (10ª), Israel (15ª), España (16º) e Italia (20º)– se vieron postergados al ponderar su score por el contexto país.
La curiosidad nos lleva a buscar a algunos países desarrollados y que el imaginario colectivo espera encontrar en un puesto expectante. Es así que aparece Estados Unidos en el 14º puesto con AAC, aventajado por Holanda en el 4º y Alemania en el 7º, ambos con AAB; Noruega en el 9º con BBA y Canadá en el 13º con AAD. Los países latinoamericanos mejor posicionados son Uruguay, 28º con BBA, Chile 42º con BBB y Colombia 48º con BAD en ideas del trilema.